RELATO DE UNA FORASTERA
No son
muchos los recuerdos que tengo de mi pueblo, bueno no es mi pueblo, es el
pueblo de mi madre pero lo siento como si fuera mío, como si hubiese nacido
allí, aunque nunca fue así.
Mi pueblo tiene muchas cosas peculiares,
por ejemplo cuando un forastero, como allí dicen (porque le contaré al lector
que Villargordo tiene su propio lenguaje) llegaba al pueblo por primera vez lo
que oía una y otra vez era aquello de: "Ea nena y tu ¿de quién eres?"
y recuerdo entonces que yo contestaba: - "Nieta de Úrsula La
Pollera"- y entonces ya sabían un pedazo de mi vida -"¡Ah! y de Juan
El Pintao", añadía después y en tan sólo dos segundos ya habían averiguado
quienes eran mis padres, a veces mis hermanos, algunos de mis primos y parte de
mis raíces, y aunque resulte curioso lo único que desconocían era mi
nombre. Si desde lejos ya te habían
identificado lo que podías oír era un: "¡Oy qué bonica y qué grande te has
puesto!" seguido de cuatro o cinco estruendosos y sonoros besos en la
mejilla.
Me han contado que mi abuelo también
decía alguna que otra frase de estas tan particulares propias de los
villargordeños. Dicen que solía
despedirse de la gente con los famosos "Mealegros". ¿Qué es eso? se
preguntará el lector. Pues está
clarísimo mi abuelo en lugar de un simple -"Adiós, hasta luego
hombre" decía: " Bueno adiós me alegro mucho de verte nene". A
mí me resulta curioso, extraño pero a la vez tan encantador.
Mi madre también tiene extrañas
costumbres en lo que a su pueblo se refiere, siempre que llegamos al pueblo,
antes de ir a ningún otro sitio hay que ir hasta "El pecho la ermita"
para dar las gracias al "Señor De La Salud" por haber llegado
bien. A mí se me está pegando esa
costumbre aunque yo prefiero ir al cementerio porque allí hay alguien muy
especial, pero si viajamos juntas, ella siempre gana y acabamos visitando al
"Señor de La Salud" aunque sea por un minúsculo agujerito, porque la
mayoría de las veces la ermita está cerrada.
Recuerdo muchas cosas de los veranos en
Villargordo. Mágicos y nostálgicos recuerdos me quedan de un borrico. El burro
del "Chacho Chico". No sé ni donde estaba ni como llegaba a él pero
paseos encima del burro sí que me di, debieron de ser unos cuantos porque tengo
cientos de fotos encima del burro. Por
aquel entonces me gustaba montar en burro, pero las cosas han cambiado desde
aquellos tiempos, ahora les tengo un poquito más de respeto, sobre todo desde
que me caí de uno, el golpe no fue grande, pero el susto sí.
También recuerdo que nunca tuvimos casa
propia, ¡Ya nos hubiera gustado! (principalmente a mi madre), pero dormíamos de
prestado aunque teníamos la sensación de estar en nuestra propia casa, en unas
palabras "Nos sentíamos cómodos" y eso es lo que cuenta. Hemos dormido en cuatro casas diferentes,
aunque sólo por fuera, por dentro los ambientes eran bien parecidos. Las casas de Villargordo tienen tres o cuatro
cuerpos, algunas dos plantas pero casi todas patio. A veces el baño se sitúa en el patio y esto
se convierte en un verdadero problema cuando estamos en invierno.
La primera casa en la que nos aposentábamos
se situaba a las afueras del pueblo, en la carretera de Mengíbar, yo era muy
pequeña y tengo pocos recuerdos de aquella casa, sólo recuerdo su inmenso
huerto y su botijo. ¡Caray con el
botijo!, ¿es que no hay vasos?. La gente
del pueblo bebe en botijo, yo no sabía beber en botijo, con el paso del tiempo
voy practicando y algo he aprendido pero si hay un vaso no dudo en utilizarlo.
Nuestra segunda posada se sitúa en la
calle Jesús. De allí tengo recuerdos muy intensos, yo era pequeña, pero lo
suficientemente grande como para hacer travesuras. Con mi prima me lo pasaba bomba, excepto cuando
mi abuela y mi tía se quitaban la zapatilla y corrían tras nosotras para que
nos echáramos la siesta. Nunca me han
gustado las siestas y sigo sin echármelas.
En aquella época las fiestas de "Santiago" (el patrón del
pueblo), eran lo más. Además recuerdo
que aprovechábamos para llegar tarde por la noche como era un pueblo, y además
el de mi madre, mis padres me dejaban trasnochar más que en Móstoles que es
donde vivo. Recuerdo que había baile,
que había que pagar para entrar, que la gente paseaba, arriba y abajo del
paseo, la caseta municipal, las reinas de las fiestas caminaban de un lado a
otro del pueblo con sus bandas colocadas...
Unos años más tarde, mi tío compró una
casa en la calle Granadillo, aunque si preguntas por ella, no todo el mundo la
conoce, para que te lleven allí, tienes que preguntar por la calle "La
Parra", ¡Con razón nunca me llegaban las cartas que me enviaban desde
Móstoles!. En esta casa nos juntábamos,
mis tíos, mis primos y mi abuela. Éramos muchos pero no demasiados porque
juntos nos lo pasábamos bien. Mi tío
tenía una cochera, (me reservaré el apodo de ésta). Aquí he pasado muchas horas esperando a que
terminara de fermentar el vino espumoso que mi tío elaboraba y al cual dedicaba
especial atención. Las fiestas de
"Santiago" seguían gustándome ahora me había hecho un poco más mayor
y salir por la noche, ir a la discoteca, visitar los cines de verano molaba ya
lo creo que molaba. Como yo había
crecido empecé a tomar conciencia de los que las fiestas representan para los habitantes
de este peculiar y anodino pueblo: "Villargordo". Le contaré al lector mi visión particular de
las fiestas.
El 24
de julio es el día que empieza todo, ese día sacan al "Señor De La
Salud" de la ermita. A las 22:00 de
la noche más o menos se concentra todo el pueblo en el "Pecho" la
ermita (y digo más o menos porque la cuestión de la puntualidad en Villargordo
no se lleva). Tiran fuegos artificiales
y bajan al "Señor" en procesión a la iglesia de la plaza del
pueblo. El "Capataz” dirige a los
costaleros y los fieles seguidores (es decir todo el pueblo y todos los que
venimos de fuera) bajamos acompañando al Cristo, unos bajan descalzos, otros
llevan velas..., eso depende de la promesa que tengas. Es impresionante porque en cuestión de
minutos casi todos los habitantes del pueblo y los forasteros están
concentrados en el mismo lugar a la misma hora, como los villargordeños dirían:
" Ea pue entonces a las die en el pecho la ermita nena". Yo me pregunto ¿Cómo puede un pueblo tan
pequeño albergar a tanta gente? El
recorrido de la procesión, es siempre el mismo y no se te ocurra decir que lo
cambien porque puedes tener serios problemas.
Para que el lector se sitúe, le diré que desde la ermita hasta la
iglesia de la plaza a un paso normal puedes tardar unos cinco minutos, la
procesión sin embargo tarda alrededor de dos horas, esto se debe a la lentitud
del paso y a las diversas paradas que se realizan en el trayecto. En cada
parada el "Hermano Mayor" (que lleva la banda y la vara) se detiene y
con él toda la comitiva y el capataz (que es quien dirige a los costaleros) o
uno de los propios costaleros grita: -"¡Viva el señor De La Salud!" y
los fieles seguidores contestan: "¡Viva!". Es curioso ver como cada año en el mismo
sitio (esquina de la C/ Jesús ) se paran frente a una imagen (de un Cristo) que
hay en la pared y bailan al Cristo que llevan los costaleros, lo bailan y lo
bailan y toda la emoción de ese pueblo se palpa en el ambiente y en sólo unos
minutos el pueblo entero huele a devoción. Muchas personas se salen a la puerta
de la calle para ver la procesión, otras se asoman a los balcones, esto
demuestra cuán importante es este acto para los villargordeños. Una vez acabada la procesión y metido al
Cristo en la iglesia, la gente baja al paseo, al baile, a la feria y allí cada
uno aguanta hasta que quiere. Los
jóvenes van a la discoteca que ahora ya hay varias y algunas son de
verano. La noche del 25 de julio es la noche
especial, la verdadera fiesta. Esa noche todo el mundo
estrenaba ropa o se vestía con sus mejores galas. Mi tío siempre me decía dos
frases fascinantes, la primera era:- “Esta noche hay que dar el golpe" y
eso quería decir que tenía que vestirme de punta en blanco. Yo daba el golpe pero en el suelo porque por
aquel entonces las calles aún sin asfaltar estaban llenas de piedras y yo
siempre he tenido facilidad para caerme.
La otra frase era: " Pareces la más guapa de España y parte de
Cuenca". Las fiestas acaban el día
28 de julio. Por la tarde una antigua
costumbre se sigue practicando, consiste en pesar con romana a los niños o
mayores y aunque en tiempos más remotos pesaban sólo a los niños a la salida y
a la entrada del Cristo, justo antes de empezar la procesión y se pagaba con
trigo los kilos de peso ahora los tiempos han cambiado y se paga con
euros. El 28 de julio por la noche se
reúne todo el mundo en la plaza de la iglesia para sacar al "Señor De La
Salud" y subirlo de nuevo a la ermita (en procesión). Es el fin de
fiesta. Esa noche hay una traca final a
las 2:00 de la madrugada y en tiempos lejanos recuerdo una pelea de tallos en
medio del paseo entre los más jóvenes, para dar por acabadas las fiestas.
Otra cosa rara de mi pueblo son los
tallos. No son parte de un árbol, son como los churros pero más gordos y como
las porras pero más finos, bueno sólo sé que están buenísimos y que no puedes
irte de allí sin probarlos y que cada noche de las fiestas antes de acostarte
tienes que tomártelos con chocolate por supuesto.
La cuarta casa donde me acoplo cuando
viajo a Villargordo se sitúa en la calle Ramón y Cajal, más conocida como la
Calle "El Pilar", la llaman así supongo porque hay un pilón que
antiguamente servía de abrevadero, hoy en día está lleno de peces. Es una casa curiosa, tiene dos plantas, tres
cuerpos y un patio. En la planta de arriba hay tres habitaciones (antes eran
dos), una es "El Zulo" (así la llamamos porque no tiene ventanas), en
otra cuando duermes parece como si los tractores te pasaran por los pies de lo
que se oyen y finalmente la otra está bien si no fuera por el gallo mañanero
que te despierta a las 7:00 aunque
estemos en fiestas. A pesar de esto cuando llegamos los tropecientos que allí
vamos,nos peleamos (en broma) por las habitaciones. En definitiva lo que nos importa es que
estamos juntos, el ambiente huele a limpio, la risa se contagia y el cachondeo
es continuo, vamos, que nos sentimos cómodos y eso es lo que vale. Un detalle importante el baño no está en el
patio, se encuentra dentro, aunque le aclararé al lector que por las mañanas,
el baño es como la carnicería hay que pedir la vez. Nos juntamos mucha gente, y aunque al
principio no había habitación para todos tirábamos colchones al suelo y a
dormir. Recuerdo entrar a casa buscar
un colchón vacío colocarlo donde hubiera espacio y a dormir tocan. Para comer
hay que hacerlo por turnos y para cenar mucho más fácil- “pipirrana y cosas”,
dice mi madre. Aquí he pasado momentos
muy agradables y tengo vivos y gratos recuerdos. Hemos realizado excursiones variopintas. La
de Cazorla por ejemplo una de las más genuinas.
De esa casa me quedo con las grandes comilonas, las torrijas, un poco de
fantasía, varias sesiones de migas, la alberca de Carchinilla (finca del primo
Juanito) en verano, trocitos de ilusión, algún que otro choto, la palabra
diversión flotando en el aire, un ambiente cálido y humano, largas siestas con
ventiladores de diversas formas, tamaños y colores repartidos por toda la casa,
mucho alboroto y ¡calor, mucho calor!.
Yo siempre que voy a Villargordo en verano no lo dudo lo primero que
pongo en mi maleta es un ventilador.
Es curioso pero a la vez tan enigmático,
sentir un no sé que cuando mi coche se desvía en Mengiíbar, el aire huele a
limpio y las palabras saben a fresa, sobretodo el alma se me impregna de
nostalgia cuando pasamos por “La Vega” y me vienen a la mente viejas historias
que me han contado acerca de mi tío.
En resumen así es Villargordo visto desde mi
ángulo que aunque soy forastera llevo un pedacito de este pueblo conmigo. R.C.
UN CUENTO
ALICIA DOS COLETAS
Había una
vez una niña que se llamaba Alicia “Dos Coletas”. Alicia “Dos Coletas” tenía cinco años, vivía
en Móstoles y tenía muchos amigos. “Dos
coletas” estudiaba 3º de Educación Infantil y le gustaba mucho pues de mayor
quería ser policía o astronauta aquello de detener a los malos o viajar por el espacio le
fascinaba. Aquella mañana antes de salir
de casa su madre le dijo:
- - No te entretengas en el parque “Dos
coletas” y ten cuidado que he oído que
hay por ahí un flautista que viene desde
Hamelín y encanta a las niñas con la música de su flauta y luego se las
come, así que no hables con extraños, vete derecha al colegio y date prisa que
llegas tarde.
Alicia “Dos coletas” miró el
reloj, comprobó que eran casi las 9,00h y cogiendo su mochila al vuelo salió de
casa. Alicia “Dos Coletas” atravesaba el
parque y caminaba deprisa porque la sirena iba a sonar de un momento a otro. De
repente un caballero con un zapato de cristal en la mano y con aspecto de
príncipe de cuento apareció justo frente a ella.
- - Hola
Alicia “Dos Coletas” ¿Te quieres casar conmigo?, le dijo el joven.
-
De
eso nada, contestó Alicia, además tengo prisa, llego tarde al colegio, déjame
pasar.
-
Tengo
mucho que ofrecerte, estarías todo el día sentada – añadió el príncipe-,
escuchando música y cantando canciones.
- - ¡Pues
vaya aburrimiento!, que no bonito que no.
No deberías de malgastar tu tiempo pidiéndole a chicas que se casen
contigo, deberías hacer algo de provecho, como yo que voy al colegio y por
cierto aparta que llego tarde y tengo clase de inglés con la “Teacher “ Carmen
y me va a poner falta.
Alicia “Dos Coletas” mirando su reloj, continuó su camino más
deprisa todavía. El malvado flautista de
Hamelín que había observado toda la escena continuó detrás de ella
relamiéndose, pensando en el suculento manjar que aquella noche iba a tener
(niña a la parrilla). Alicia “Dos
Coletas” pensando que las puertas del
colegio ya estarían cerradas, decidió tomar un atajo. El malvado flautista de Hamelín se colocó
justo delante de ella.
- - ¿Dónde
vas Alicia “Dos Coletas”?, le preguntó el flautista.
- - Pues
mira bonito al colegio y llego tarde, contestó “Dos Coletas.”
- - No
te preocupes porque ‘tocaré y tocaré y con mi flauta te encantaré’ y se te
acabarán los problemas porque de un solo bocado te comeré.
-
Mira
no tengo tiempo para tonterías, déjame pasar ahora mismo, como me ponga falta
la señorita Cristina te vas a enterar- le contestó Alicia muy enfadada.
- - Te
digo que te voy a comer, dijo el flautista.
Alicia casi como en un susurro de voz se acercó a él y le dijo:
-deberías aprovechar el tiempo y estudiar algo bonito en lugar de dedicarte a
perseguir niñas encantarlas y comértelas. Te estás estropeando los dientes, se te pican
las muelas, yo que tú me lo pensaría dos veces, los dentistas hoy en día cobran
una barbaridad.
El Flautista pensó por un momento y dijo:
- - ¿Qué
tengo que hacer para ir al colegio?
- - Mira vente conmigo, te llevo a mi clase y mi
señorita Cristina te lo explica,- le contestó “Dos Coletas”
- - Trato
hecho, añadió el flautista
El malvado flautista dejó de encantar a niñas para comérselas y se convirtió en un buen estudiante igual que “Dos Coletas”, ambos estudiaron para ser astronautas y finalmente se compraron una nave espacial y juntos viajaron a la luna donde se casaron y fueron felices.
En cuanto al príncipe del zapato
de cristal, nunca encontró a su princesa y acabó en un casting de operación
triunfo cantando baladas junto a David Bisbal y
tres ratoncitos que formaban el coro.
Y colorín colorado, Alicia “Dos Coletas” por fin al espacio ha viajado.
R.C.
MISCELANEA
No camines nunca delante de mi.
No camines detrás de mi.
Camina simplemente a mi lado.
Aquel día cuando bajaba por las escaleras del metro, aun lo recuerdo, le dije a mi amiga mi gran secreto. ¿por qué? ¿por qué tiene que pasarme a mi todo esto?. ¿Por qué escucho a REM y mi estado de ánimo cambia?.
Si hay algo de lo que en realidad me siento orgullosa es de una cosa. Seré una egoísta pero yo tengo algo en la facultad que ellos no tienen. Si, tienen miles de chicas su alrededor pero no tienen amigos. Un amigo es alguien que te acepta como eres sin careta, cosa que ellos usan todos los días. Es como si yo llevara la misma dirección que una horrible bola mecánica, una estúpida máquina, con hojas de acero y corazón de plástico. Esa estúpida bola es algo que me enganchó como un pulpo y ahora no puedo soltarme.
Creo que el tiempo puede curar grandes heridas pero me pregunto como algo o alguien puede causar tanto daño, aunque ayer mismo vi una señal (de tráfico por cierto), que ponía " Prohibido sufrir", y al lado había otra en la que se leía " permitido ser feliz".
R.C.
POEMAS INFANTILES
MI SEÑO CRISTINAMISCELANEA
Si no puedes ser
un pino en la colina,
se maleza en el valle.
Se maleza mejor junto al torrente.
Si no puedes ser
Camino real,
Se atajo.
No vencerás por el volumen,
Si no por ser el mejor
De lo que seas.
¿QUÉ ES UN BESO?
What is a kiss?
You ask me.
A kiss is something,
That you feel and
you can’t explain.
If you want to answer
put your lips on my mouth
and you’ll know that is to kiss.
No camines nunca delante de mi.
No camines detrás de mi.
Camina simplemente a mi lado.
Si hay algo de lo que en realidad me siento orgullosa es de una cosa. Seré una egoísta pero yo tengo algo en la facultad que ellos no tienen. Si, tienen miles de chicas su alrededor pero no tienen amigos. Un amigo es alguien que te acepta como eres sin careta, cosa que ellos usan todos los días. Es como si yo llevara la misma dirección que una horrible bola mecánica, una estúpida máquina, con hojas de acero y corazón de plástico. Esa estúpida bola es algo que me enganchó como un pulpo y ahora no puedo soltarme.
Creo que el tiempo puede curar grandes heridas pero me pregunto como algo o alguien puede causar tanto daño, aunque ayer mismo vi una señal (de tráfico por cierto), que ponía " Prohibido sufrir", y al lado había otra en la que se leía " permitido ser feliz".
R.C.
POEMAS INFANTILES
Mi seño Cristina,
me enseña canciones,
me da pegatinas,
y buenas razones.
Me escucha discreta,
me cuenta unos cuentos,
pintamos caretas,
pintamos caretas,
creamos inventos.
Mi seño Cristina,
es alta y serena,
me enseña rutinas,
me quita las penas.
Cristina es morena.
Se rie un monton.
Tiene larga melena,
Y un buen corazón.
Hola Cristina.
Me haces soñar,
contigo a la China,
podria volar.
Me enseña a leer,
también a escribir,
a saber perder,
y a intentar sonreír.
Me enseña la "A", la "E" y la "I".
Me enseña a pintar.
A ser muy feliz.
A ir despacio para no tropezar.
Recita poemas.
De diversos temas.
Me abrocha el abrigo
y siempre esta conmigo.
Contigo reímos , lloramos, jugamos...
soñamos princesas, castilllos, dragones...
Tambien recitamos,
y pintamos leones.
Contigo inventamos,
palacios, enanos,gigantes...
A veces bailamos,
y otras somos elefantes.
Nos enseñas a caminar
y juntos crecemos.
También a perdonar
Y a compartir lo que tenemos.
Mi seño Cristina
me ata el cordón.
Me da plastilina,
me lleva de excursión.
Así es Cristina,
contagia ilusión,
nos da golosinas,
nos sube en dragón,
hasta una colina,
del mismo Japón.
R.C.
PAPAITO
Hola papaito,
nos haces soñar.
Hasta el cielo cielito,
podríamos volar.
Así es papá,
reímos con él.
Le encanta jugar,
y se llama Gabriel.
Es fuerte como un león,
alto y robusto.
Le queremos mogollón.
Es dulce y justo.
Tiene un coche grande.
Le gusta conducir,
que nadie le mande
y dormir y dormir.
Con el inventamos,
palacios,princesas, gigantes...
A veces cantamos
y otras somos elefantes.
Nos enseña a caminar
y juntos crecemos.
También a nadar
y a compartir lo que tenemos.
Nos da ideas, soluciones,
que desconocemos
sueños, ilusiones
y poco a poco aprendemos.
Hasta luego papaito.
Te queremos un montón.
Hasta el cielo, cielito,
llegaríamos en dragón.
R.C.
y otras somos elefantes.
Nos enseñas a caminar
y juntos crecemos.
También a perdonar
Y a compartir lo que tenemos.
Mi seño Cristina
me ata el cordón.
Me da plastilina,
me lleva de excursión.
Así es Cristina,
contagia ilusión,
nos da golosinas,
nos sube en dragón,
hasta una colina,
del mismo Japón.
R.C.
PAPAITO
Hola papaito,
nos haces soñar.
Hasta el cielo cielito,
podríamos volar.
Así es papá,
reímos con él.
Le encanta jugar,
y se llama Gabriel.
Es fuerte como un león,
alto y robusto.
Le queremos mogollón.
Es dulce y justo.
Tiene un coche grande.
Le gusta conducir,
que nadie le mande
y dormir y dormir.
Con el inventamos,
palacios,princesas, gigantes...
A veces cantamos
y otras somos elefantes.
Nos enseña a caminar
y juntos crecemos.
También a nadar
y a compartir lo que tenemos.
Nos da ideas, soluciones,
que desconocemos
sueños, ilusiones
y poco a poco aprendemos.
Hasta luego papaito.
Te queremos un montón.
Hasta el cielo, cielito,
llegaríamos en dragón.
R.C.
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