ROMANCE DEL ENAMORADO Y LA MUERTE
Un sueño soñaba anoche,
soñito del alma mía,
soñaba con mis amores,
que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora muy blanca,
muy más que la nieve fría
por dónde has entrado amor
cómo has entrado a mi vida.
Las puertas están cerradas,
ventanas y celosías
no soy el amor amante
soy la muerte Dios me envía.
Ay muerte tan rigurosa
déjame vivir un día,
un día no puede ser
una hora tienes de vida.
Muy deprisa se cansaba,
más deprisa se vestía
ya se va para la calle
en donde su amor vivía.
soñito del alma mía,
soñaba con mis amores,
que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora muy blanca,
muy más que la nieve fría
por dónde has entrado amor
cómo has entrado a mi vida.
Las puertas están cerradas,
ventanas y celosías
no soy el amor amante
soy la muerte Dios me envía.
Ay muerte tan rigurosa
déjame vivir un día,
un día no puede ser
una hora tienes de vida.
Muy deprisa se cansaba,
más deprisa se vestía
ya se va para la calle
en donde su amor vivía.
Ábreme la puerta blanca,
ábreme la puerta niña,
como te podré yo abrir
si la ocasión no es venida.
Mi padre no fue a palacio,
mi madre no está dormida.
Si no me abres esta noche
ya no me abrirás querida.
La muerte me anda buscando
junto a ti vida sería.
Vete bajo mi ventana
donde labraba y cosía.
Te echaré cordón de seda
para que subas arriba,
y si el hilo no alcanzare
mis trenzas añadiría.
Se rompió el cordón de seda
la muerte que ahí venía
vamos el enamorado
que la hora ya es cumplida.
ábreme la puerta niña,
como te podré yo abrir
si la ocasión no es venida.
Mi padre no fue a palacio,
mi madre no está dormida.
Si no me abres esta noche
ya no me abrirás querida.
La muerte me anda buscando
junto a ti vida sería.
Vete bajo mi ventana
donde labraba y cosía.
Te echaré cordón de seda
para que subas arriba,
y si el hilo no alcanzare
mis trenzas añadiría.
Se rompió el cordón de seda
la muerte que ahí venía
vamos el enamorado
que la hora ya es cumplida.
Anónimo
Madrugaba el Conde Olinos -No
le mande matar madre,
mañanita de San Juan, no le mande usted matar
a dar agua a su caballo que si mata al conde Olinos
a las orillas del mar. Amí la muerte me da.
mañanita de San Juan, no le mande usted matar
a dar agua a su caballo que si mata al conde Olinos
a las orillas del mar. Amí la muerte me da.
Mientras el caballo bebe ¡Que lo maten a lanzadas
canta un hermoso cantar: Y echen su cuerpo a la mar!
las aves que iban volando Él murió a la media noche
se paraban a escuchar y ella a los gallos cantar.
caminante que camina A ella como hija de reyes
detiene su caminar, la entierran en un altar.
navegante que navega A él como hijo de condes,
la nave vuelve hacia allá. Unos pasos más atrás.
Desde la torre más alta, De
ella nace un rosal blanco,
la reina le oyó cantar De él un espinar albar.
-Mira, hija, cómo canta Crece el uno, crece el otro,
la sirenita del mar. Los dos se van a juntar.
-No es la sirenita, madre, La reina llena de envidia,
que esa tiene otro cantar ambos los mandó cortar.
es la voz del conde Olinos El galán que los cortaba,
que por mí penando está. No cesaba de llorar.
la reina le oyó cantar De él un espinar albar.
-Mira, hija, cómo canta Crece el uno, crece el otro,
la sirenita del mar. Los dos se van a juntar.
-No es la sirenita, madre, La reina llena de envidia,
que esa tiene otro cantar ambos los mandó cortar.
es la voz del conde Olinos El galán que los cortaba,
que por mí penando está. No cesaba de llorar.
-Si por tus amores pena De ella naciera una garza
yo le mandaré matar De él un fuerte gavilán.
que para casar contigo Juntos vuelan por el cielo,
le falta sangre real. Juntos vuelan par a par.
ROMANCE DE LA MOLINERA Y EL CORREGIDOR
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